Un Charco Inútil, de David Desola (Teatro)


Por Mirko Gómez.

Un profesor que -agredido por sus alumnos- decide dejar la docencia, vuelve a dar clases influenciado por un viejo maestro de su juventud. Pero este regreso será diferente: esta vez dará clases particulares a un solo niño.

Qué somos sino lo que vivimos. Vivir es aceptar el gozo. Constantemente y desde nuestra existencia estamos atravesados por un sinfín de elementos, ya sea culturales, políticos, sociales, etc., que -de cierta manera- van tallando la escultura de lo que seremos en el tiempo. Esto, sumado a nuestra capacidad de elegir lo que nos da gozo y a las elecciones que hayamos tomado a lo largo de nuestra vida son las responsables de ir construyendo nuestro ser. Por tanto, uno, despojado de esto, no es más que una crisálida vacía. 

En la obra, un lago ya sin patos es el espejo natural exacto de lo le que le sucede a nuestro personaje principal, el profesor, que -perdido su norte, náufrago- se ve desorientado, sumergiéndose cada vez más en las turbias aguas de un dilema existencial.

¿Qué sucede cuando aquel supuesto niño del que hablábamos al principio, es parte de una patología psicótica de una mujer que no ha podido resolver su duelo interno? Claramente, el niño ya no existe, por ende, esta mujer intenta evadir su triste realidad creándose una nueva, una que está lejos de la difícil situación que supone perder un hijo  porque un hijo sin madre es un huérfano, pero una madre sin su hijo es algo que todavía no podemos definir con ninguna palabra.

El relato se sucede como si de un sueño se tratase, sobrepasando así las reglas de la lógica temporal que acostumbramos en nuestra existencia. Lo que podría parecer un extenso relato es en realidad una historia que se cuenta en el tiempo que tarda en consumirse un sahumerio.



El profesor es el único personaje que se mueve a través de esa escenografía perfectamente diagramada, que comunica los espacios entre sí de manera circular, del parque a la casa donde da clases y de ahí, vuelta al parque en un loop onírico que podría traducirse como la anodina existencia del personaje.

Un Charco Inútil es, en fin, un drama que aborda varios temas de esos a los que en general escapamos, pero lo hace sin caer en solemnidades y dejando de lado lo lacrimógeno del asunto, evita siempre los golpes bajos. Lo lamentable, si se nos permite, es la falta de confianza que el texto tiene sobre sí mismo. En oportunidades se vuelve reiterativo. Subraya con parlamentos explicativos, elementos que ya habían quedado claros con la puesta en escena.


Teatro: El Tinglado.
Dirección: Mario Bravo 948. Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4863-1188
Entrada: $ 230,00 
Días: Jueves - 21:30 hs - Hasta el 08/09/2016 


Ficha técnico artística:

Autoría: David Desola
Actúan: Gustavo Bonfigli, Manuel Feito, Marisa Provenzano
Vestuario: Andrea Saldivia
Diseño de escenografía: Dario Feal
Diseño de luces: Caio Senicato
Realización de escenografía: TXd Internacional, Horacio Del Marmol
Música: Francisco Ruiz Barlett
Diseño: Wilfredo Parra
Asistencia de escenografía: Florencia Gualdoni
Asistente de producción: Matías Mulet
Asistencia de dirección: Gonzalo Cabalcabue
Prensa: Silvina Pizarro
Producción general: Marman Producciones Independientes
Dirección: Matías Puricelli
Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos