Iván y los perros, de Hattie Naylor (Teatro)


Por Victoria Cestau.

Salí del teatro El Extranjero con la sensación del famoso “eterno retorno”, de un “volver al origen”, de encontrar “un punto cero”. 

Atravesados por el ritmo acelerado de estos tiempos globales que corren,surgió nuevamente la pregunta,aparentemente más sencilla, que nos podemos hacer: ¿Qué se necesita para hacer teatro? 

Y el teatro claramente necesita a su público y a su director, pero convengamos que la pieza fundamental se llama actor. En esta obra, queda plasmada no solamente la respuesta a esta pregunta, sino que se deja traslucir la elección a conciencia de hacer teatro desde la actuación. Y eso es producto de que más allá de los recursos utilizados, la obra se sostenía porque el actor estaba presente. La decisión de la dirección apunta a mostrar el lugar central del actor. Lugar que no siempre es prioridad para los directores.


Un texto que cuenta con la traducción de Alejandro Tantanian, nos invita a re pensar el lugar del hombre como animal ancestral y cómo es posible sobrevivir ante un mundo perverso que colapsa por un sistema económico devastador durante la década de los noventa.

“En el mundo no hay felicidad solo en su cálida piel blanca”, dice Iván que sólo parece encontrarse junto a sus perros. Después de que lo ha perdido casi todo queda la extraña forma de seguir adelante y poder contemplar el cielo maravilloso. Una puesta despojada y oscura, desnuda la trama de una historia cruda, fusionando varios recursos, que si bien no son nuevos en el teatro, se logran de una manera armoniosa y efectiva ya que se encuentran muy bien logrados: la paleta de colores, los juegos de luces y sombras, movimientos y pausas, distintos niveles del escenario donde habita el personaje.  


Una ciudad lejana, estéticamente atractiva bajo el uso del dispositivo audiovisual en permanente diálogo con la música en vivo. Un refinado diseño de sonido; un piano que nos transporta a otras locaciones como el cine mudo, nos hace sumergirnos en las noches más densas de Moscú.

El protagonista Emiliano Dionisi, un actor entregado y entrenado nos sabe llevar por el relato de un niño. Un texto con muchas imágenes y estados del actor muy bien alcanzados. 

Bajo el frío de la nieve todo se tiñe del blanco de la muerte y se huele el miedo… ¿qué hacer? Correr como los perros y saber morir como ellos. Al fin y al cabo lo que nos queda de humanos es puramente instintivo y animal.

Sábado - 21:00 hs 
Teatro: EL EXTRANJERO
Valentín Gómez 3378
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4862-7400
Entrada: $ 100,00 / $ 70,00 


Ficha técnico-artística:

Autoría: Hattie Naylor
Traducción: Alejandro Tantanian
Actúan: Emiliano Dionisi
Voz en Off: Denis Ilchik, Valeria Maltseva, Katerina Pantiukhina, Alekseyev Vyacheslav
Diseño de vestuario: Merlina Molina Castaño
Diseño de espacio: Mariano Stolkiner
Diseño de luces: Julio Lopez
Diseño sonoro: Gustavo García Mendy
Audiovisuales: Julián Rur
Música original: Gustavo García Mendy, Mariano Stolkiner
Operación de sonido: Gustavo García Mendy, Mariano Stolkiner
Fotografía: Guido Piotrkowski
Ilustrador: María Chevalier
Diseño gráfico: Sebastián Ezcurra
Asistencia de dirección: Merlina Molina Castaño, Rodrigo Mujico
Prensa: Daniel Franco, Paula Simkin
Producción ejecutiva: Sebastián Ezcurra
Producción general: El Balcón De Meursault
Dirección: Gustavo García Mendy, Mariano Stolkiner