Hanamachi, casi un policial japonés, de Claudio Gatell y Natalia Arteman (Teatro)


Por Leticia Berguer.

Cuando las palabras no nos dan un marco explicativo, algunas imágenes pueden volverse muy perturbadoras. Y cuando el teatro toma recursos de lo onírico, y su fórmula es la de la pesadilla, el espectador se ve expuesto a cierta experiencia inefable de lo irracional. En la línea de su anterior Circense, esta obra dirigida por Claudio Gatell, que aborda en sus escenas temas que son ya en sí mismos perturbadores, como la muerte, los celos y la violencia de género, logra además mediante una particular mezcla de recursos, una atmósfera que prescinde de las explicaciones para producir un efecto profundo.  

Hay, ante todo, un crimen. Una de las dos mujeres que vemos en el cabaret es asesinada. Pero en este mundo de clave onírica la muerte no es un fin. Lo real es puesto a un lado y el show must go on. Las dos mujeres continúan con su rutina y esperan sus respectivos turnos para salir a seducir con sus cuerpos, sus bailes y sus abanicos de geisha. 


Pero algo de lo real insiste; llama. El crimen existió, por lo que aparecen los clásicos detectives con linternas y pilotos. La estética oriental se encuentra, de esta manera, con la del género policial. Pero lejos de esas historias en las que el detective viene por fin a explicarnos lo ocurrido y a restaurar el orden racional, en este mundo pesadillesco (que al final no se aleja tanto del real), el oficial mismo se vuelve siniestro, y no parece haber una clara separación entre el crimen y la ley. El desenfreno de la sexualidad funde a todos en una misma masa. La risa y el llanto conviven. Los roles se intercambian, la violencia irrumpe, y la historia se repite, una y otra vez… como en una pesadilla.   

Los actores le ponen el cuerpo a esta atmósfera enrarecida con una expresividad notable, en la que se percibe el resultado de una desinhibida experimentación dramatúrgica. Natalia Arteman y Maru Sinde logran encarnar a dos mujeres que se dividen entre la dulzura, la actitud de la seducción y una tristeza ligada a cierto terror que las acecha y no las abandona. 


La obra propone un original e impactante encuentro entre lo oscuro del bajo mundo y la dulzura de la mujer; entre la poesía y la música al estilo Tarantino; entre la danza, la seducción y lo doloroso de la sexualidad. A su vez, la puesta deja ver una clara influencia del teatro de Artaud y del cine de David Lynch, en el sentido de que, más que las palabras, es esa extraña mezcla de luces, sonidos, música, movimientos y gestos los que provocan profundas reacciones en el espectador, que percibe la amenaza latente de eso real que a veces no se puede finalmente poner en palabras. 

Y es que “a veces pasan cosas inexplicables”. 

Se trata de una imperdible oportunidad de asistir a un verdadero drama onírico.  

Miércoles a las 21:30hs
El Método Kairós Teatro - El Salvador 4530, Palermo - CABA
Reservas a info@elmetodokairos.com.ar
Localidades $70
facebook.com/hanamachipolicial

Ficha artístico-técnica:

Actúan: Natalia Arteman, Federico Bianco, Maru Sinde, Marcelo Daniel Tulejko Ubal, Claudio Gatell.
Asistencia de dirección: Luciana Murdoca
Dramaturgia: Natalia Arteman/ Claudio Gatell
Dirección: Claudio Gatell