Revista Lucarna

Una Mirada sobre las artes emergentes

Poesía + Fotos para todos los gustos

Se pueden leer, pero también mirar

Libros para leer en otoño

En la arena, el pasto... o el asiento del colectivo

Usted Está Aquí, de Natalia Chami y Romina Bulacio Sak

Entrevista a las creadoras de esta impredecible experiencia teatral

Lunas Cautivas – Historias de poetas presas, de Marcia Paradiso

Documental sobre tres mujeres, tres historias y un penal

Los desechables, de Nicolás Savignone (Cine)


Por Mario Henao.

Algunos días habría sido mejor no solo no levantarse sino no haberse despertado. Sobre todo si al despertar se encuentra uno con una ex-novia que inexplicablemente ha pasado la noche ahí. O si luego de pasar la noche con  una novia menor de edad ella le propone matrimonio y al final se descubre que está embarazada y que la madre lo hace firmar a uno una hoja en blanco para comprometerlo a casarse. O porque la mujer con la que se ha vivido un tiempo invitó a un director de cine a casa y decide rechazarlo a uno porque necesita que ese director sepa que está disponible para el papel principal. Y a pesar de que el día haya comenzado así, no hay otra opción que continuar. Ir al trabajo y mantener las costumbres que son las que, finalmente, hacen soportable todo. Pero como las desgracias nunca llegan solas, el día en el trabajo también está cargado de esa fatalidad. Son esos días que uno quisiera desechar, botar y olvidarse de que ocurrieron.

Es eso lo que le ocurre a los personajes de la película de Nicolás Savignone Los desechables. No es tanto que los personajes puedan ser desechados, descartados, es más que los personajes quisieran desecharse a ellos mismos, pues su cómoda vida cotidiana se ha visto alterada y han podido acceder a un momento de conciencia que rápidamente es descartado porque todo debe continuar. 

Son esas tres situaciones las que enmarcan este filme que tuvo más de un año de preparación pero una producción de menos de un mes. Durante ese año se construyeron las situaciones a partir del trabajo con los actores. Un método que se usa más en teatro que en cine, y que explica que la película se concentre más en las actuaciones que en el desarrollo mismo de la historia.

El diálogo es lo que les permite a los actores desenvolverse en esta historia, y, además, es lo que hace visible la actuación, cosa que también es más común en el teatro que en el cine. Los diálogos largos en los que poco a poco se va incrementando la situación son característicos de la forma dramática. Y en esta película ahí está el protagonismo. Más que en la acción misma o en la imagen, es en lo que dicen los personajes en donde radica el sentido del filme. Por eso no se entiende completamente la excesiva utilización de los cortes, pero sí la frecuente aparición de los primeros planos. Muchos cortes que no parecen necesarios pues no aportan mucha información. Muchos primeros planos que ponen en evidencia el trabajo del actor, pero que alejan a la película de la imagen cinematográfica. Al final uno como espectador se queda con la sensación de que asistió a un filme que podría haber sido una excelente obra de teatro. 


Tal vez lo que llama más la atención de Los desechables sea su puesta en relación entre cine y teatro. Un trabajo de construcción teatral que busca tener como resultado una forma cinematográfica. Poner como protagonista del filme no a la historia ni a quien cuenta esa historia (es decir, la cámara) es una apuesta arriesgada, que implica no olvidar el medio que se elige como forma de exposición. Y en la película no está del todo lograda esa alianza entre cine y teatro. Parece que cada medio va por un camino independiente del otro. Por eso esa sensación de que se vio algo muy teatral pero en la gran pantalla. Al final la apuesta no tuvo un gran resultado, pero no es para desechar el intento de mezclar dos formas de construir una historia y de poner en contacto artes que tendrían que estar más cerca de lo que están.

Ficha artístico-técnica

Título: Los desechables.
Género: Comedia.
Intérpretes: Maida Andrenacci, Francisco Benvenuti, Miguel Bianchi, Mario Bodega, Ariel  Bottor, Nacho Bozzolo, Jazmín Cañete, Laila Duschatzky, Mariela Finkelstein, Sonia Martínez, Demián Salomón.
Director: Nicolás Savignone
Guionista: Nicolás Savignone en colaboración con Maida Andrenacci, Francisco Benvenuti, Miguel Bianchi, Mario Bodega, Ariel  Bottor, Nacho Bozzolo, Jazmín Cañete, Laila Duschatzky, Mariela Finkelstein, Sonia Martínez, Demián Salomón.
Director de fotografía: Luis Andrade.
Música: Rafael Varela, Pablo Márquez, Ernesto Cantero (Exit Music Creative Group).
Montaje: Rafka Timofeyev, Nicolás Savignone.
Origen: Argentina.
Duración: 
Fecha de estreno: Jueves 13 de febrero de 201

La irredenta, de Beatriz Mosquera (Teatro)


Por Victoria Cestau.

Suena una cumbia, es la voz de una mujer que canta mientras entramos a la sala. Es una canción que cualquier mujer podría cantar. Se me pega en el cuerpo, se instala y prepara la recepción para lo que será una obra intensa.

Este prólogo musical es acompañado por un juego de luces que a través de distintos flashes presenta la escena dinámica como fotografías. La obra se desarrolla en un espacio privado y sumamente íntimo: el cuarto de una pensión. Pero, la frontera entre lo público y lo privado se diluye –se entremezcla- porque en este contexto no pareciera posible aislarse del afuera, el espacio no sólo es lugar, es parte de una configuración identitaria.

En La Irredenta el universo femenino aparece en todos sus trazos, en el escenario vemos: un vestido blanco de novia, flores de todo tipo, ropa, velas, un biombo, muñecas, cortinas con brillo, fotos, un santuario montado que sirve de estrado. Allí tres prostitutas y un travesti sueñan con otro futuro: “un príncipe azul y una casita blanca”, pelean el presente y contienen el pasado en sus cuerpos, en sus memorias casi abatidas. Son cuatro mundos diferentes unidos por una profesión y por un vínculo dependiente con Lola; líder del grupo que lleva a cabo todos los planes, les ordena la vida, las ama y las destruye. La Irredenta es tierra de nadie donde sucede de todo.


La figura de la prostituta ha recorrido la historia del arte y del espectáculo. Un ejemplo paradigmático lo encontramos con la bíblica María Magdalena, retrato que la obra liga y toma implícitamente cuando vemos a una de sus actrices entrar sola a escena y lavarse los pies en una palangana. Son múltiples las miradas y las representaciones de la prostitución y como es lógico, cada una no sólo captura un presente, sino que también contribuye a la creación discursiva sobre este hecho social. 

La irredenta pone en escena una realidad, la representa y la crea. En ese proceso, la elección de algunos recursos dramáticos, lejos de complejizar la situación social representada, reafirman el estereotipo de la prostitución instalado en el imaginario social. El vestuario: pelucas, rouge, tacos, cigarros, whisky. El lenguaje: por demás callejero y a veces vulgar. Las actuaciones: desnudos descuidados, encuentros violentos. Esto marca cierta tendencia a la reproducción de algunos lugares comunes, a pesar de que el tema de por sí presente sus complejidades.


De todas formas, la obra logra exponer problemáticas de una vida dura y digna al mismo tiempo. Los diálogos nos reflejan que después del trabajo hay una vida que entreteje preguntas y certezas de niñas, de sabias, de locas…”¿Dónde está la marca de la prostitución?”,“¿Qué son las amapolas?”, “¿Cada lugar en el mundo tiene sus inconvenientes.”, “El poder nunca descansa.”

Al final de la obra la indiferencia no es una opción. Las interrogantes quedan sobrevolando en el aire…¿qué hay detrás de los tacos, del cigarro y del whisky, de la peluca y del rouge corrido? ¿cómo mostrar lo no conocido de un tema tan visitado por el arte sin caer en lo previsible? Así, la obra nos lleva más allá de sí misma para instalarnos en cuestiones sobre la productividad y la complejidad del discurso artístico.  

Temporada 2014
Re estreno: viernes 7 de febrero a las 21hs
Funciones: viernes, a las 21hs.
Teatro Taller del Ángel: Mario Bravo 1239 (CABA)
Informes: 4963-1571/15 59 763465 
Entrada: $ 60. Estudiantes y jubilados: $40
+info:
http://www.tallerdelangel.com.ar/site/
Facebook/teatrodelangel
almasfuertesteatro@yahoo.com.ar
Facebook Almas Fuertes (página)
Twitter: AlmasFuertesT

FICHA ARTÍSTICO TÉCNICA
AUTORA: Beatriz Mosquera
DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA: Edgardo Moccia
ASISTENTE DE DIRECCIÓN: Jorge Suarez Soria
ELENCO (por orden de aparición): María Fernanda Correa (Irredenta), Gisela Belén Barbá (Dolores - travesti), María Soledad Tortoriello (Azucena), Natalia Gregoria Romero (Lola)

Haya, de María Laura Santos (Teatro)


Por Damián Lamanna Guiñazú.

“Todos tenemos un recuerdo
que hace apretar fuerte el puño contra un hueso
y pregunta ¿por qué?” (Melisa Papillo)

“Vine a Comala porque me dijeron que
acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” (Juan Rulfo)

Una niña crecida sin padre –Haya- llega a un hotel del interior oculta detrás de su cámara de fotos. Recoge piezas, busca, no suelta su mochila, quizás tiene algo de miedo pero podría pasar la noche a solas. No detiene el camino porque allí está su propia historia. Detrás del mostrador de la conserjería, Santiago abre puertitas, explica fotografías y lee fragmentos de textos –epígrafes- heredados de un conserje anterior porque las voces más profundas vienen de lejos. También guarda el relato de esas experiencias tristes que circulan por los pueblos. La desgracia que cae sobre algunas familias, los mitos de las casas embrujadas, la historia trágica de las hermanas Caballo, huérfanas invisibles.

Haya, primera obra de la tandilense María Laura Santos, retoma ese páramo tan recurrente como indispensable: volver a casa para entender, reconstruirse y ser libre. Hacer de las ruinas un túnel hacia el pasado donde sobreviven los traumas, las cadenas. En ese trayecto, el mundo comienza a extrañarse y poblarse de absurdos: el encuentro de Haya con una pareja de hermanas (o hermanos, da lo mismo) animalizadas (Milton y Forestier) y sus tragedias en clave de realismo mágico; el conocimiento del campo para reconectarse con la intimidad de ese lenguaje más despojado que confunde pronombres y nombra tanteando. Para empezar de nuevo hay que aprender, llenar el cuerpo de historias, romper los esquemas lógicos y bailar.

Y allí, la catarsis. Haya y las hermanas Caballo metabolizan sus recuerdos a través de imágenes poéticas contundentes. Una matanza involuntaria, la cerca que sostiene al animal, el padre que se vuelve hierba. El peso significante abre el cuerpo, representa ese pasado extraviado, hace de la muerte y la violencia rasgos fundacionales del yo. Para ahuyentar fantasmas hay que poder contar la historia, tomar distancia y decirse aunque duela. Mientras tanto, siempre sobrevive un amor –a veces innecesario- que funciona como ese cable a tierra para “completar el sentido” y ofrecer redención.

La obra de Santos hace del lenguaje, la música (una hermosa canción de Juan Pablo Fernández) y las actuaciones su punto más fuerte. En cambio, algunos vaivenes en el registro pueden generar incertidumbre. ¿Hasta qué punto un encabalgamiento de planos oníricos puede convertir la inconexión -o lo que interpela desde lo puramente material- en perplejidad? Confesiones de amor, rescates, coreografías y disfraces. Como un pedazo de viento, allí entran insistentes las risas del público para secar la laguna. Lo absurdo comienza a percibirse como ridículo y la obra se corre del eje dramático. 

Volver a la infancia, a la casa peligrosa que siempre habita el barrio (donde vive gente encantadora que se muere en silencio), es aceptar las ganas de jugar y sobre todo de creer en ese juego. Entonces, en el suelo de la sala se despliegan ranas de juguete y los personajes hablan con esos walkitalkies que hicieron de los fines de los 80 y los 90 una trama de detectives. De paso Santiago lee un poema de amor que podría haber sido una carta en la mochila de la chica que le gustaba pero no: ésta es una historia de recuerdos tristes y fantasmas. Ante todo, hay que mantener el semblante serio para profundizar el drama personal. Luego esperar a que los personajes se vayan callados a su horizonte, entre la caída de las luces, los aplausos y la percusión de la lluvia que se filtra desde las veredas rojizas del Abasto.


Funciones: miércoles, 21 hs.
Teatro del Abasto
Humahuaca 3549
Localidades: $90 Estudiantes y jubilados: $60
Facebook: /Haya

Ficha Artístico-técnica:

Compañía Cabeza del buey
Actúan:
Haya: Paula Baldini.
Forestier: Lizzi Argüelles.
Milton: Mariel Fernández.
Santiago: Juan Manuel Castiglione.
Juan: Bruno Ulisse.
Amparo: Paula Staffolani.
Escenografía: Cecilia Zuvialde.
Iluminación: Mariano Arrigoni.
Vestuario: Lara Sol Gaudini.
Música original: Juan Pablo Fernández. 
Tema: “Haya caballo que baila”:
Intérpretes: Julia Perette y Juan Pablo Fernández.
Letra: María Laura Santos.
Arte, diseño y realización de cabezas de caballo: Valeria Dalmon.
Fotos: Victoria Schwindt.
Gráfica: Estudio Papier.
Prensa y comunicación: Débora Lachter Comunicación | Prensa
Asistencia de dirección: Julia Perette.
Dramaturgia y dirección: María Laura Santos.


De reinos y desiertos y Justo antes, de Álvaro Olmedo (Poesía)

Poemario de Álvaro Olmedo

DE REINOS Y DESIERTOS


VIII
    hay un alma 

lo dice la sed y
            el agua

    Hugo Mujica


el desierto desnuda
no de sed
de desnudez
deja el alma despoblada
azota el tajo
quiebra sin violar
y termina en un viento
que envuelve al viento

ese dios de polvo y clausura
afuera interminable
nos devuelve arremolinado al cuerpo que somos
apenas
una flama soplando palabras

hay un alma
olvidada entre cubos
deshuesada en el fragor
escarbar
el aire de los granos de sed
el rocío del silencio bajo el sol

la raja incandescente
no quemará más que hombres

tanta sequía
tanta sed
acaso
la única fuente


justo antes 


justo antes de morir
ansío:

salvar un moribundo sin salvarme
colorear la tumba con Miró
y que sus redondeles rojos y amarillos cubran las cenizas
guardadas en vano

con el cincel de la mortaja
esculpir pétalos de tu nombre en esta roca

quiero
que la última fibra
la que me acompañó hasta la agonía del combate
salga por el fusil
(que nunca cargué por cobardía)

justo antes
deseo quebrar de un hachazo la hojarasca
y que su vacío reviente la esfera

me antojo
besar a los que sigo odiando
a la frente del enemigo
para vigorizarme en el instante que falta

sin cerrar los ojos
rajar la mejilla del tirano
y con su sangre
dibujar un arco donde se embriaguen los libertos

ambiciono una cicatriz
para la que dejó estas llagas que no cesan
antes de la despedida casi última
escuchar el ladrido del perro que no tuve
acariciar la prostituta que no amé
envolver a los que se fueron antes del abrazo
y coronar a la mujer que siempre es

Agenda: IV Festival Shakespeare Buenos Aires



Del 15 al 22 de febrero se llevará a cabo el IV Festival Shakespeare Buenos Aires, con el auspicio del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Embajada Británica Buenos Aires.


Carta del director:


Desde Buenos Aires damos el puntapié inicial a un año lleno de actividades y celebraciones shakespeareanas en todo el mundo. En abril, se cumplirán 450 años del aniversario del nacimiento de William Shakespeare y muchas ciudades serán las que se sumen a los festejos.

En esta cuarta edición, el festival presenta una variada oferta de actividades con el objetivo de acercar a cada vez mas gente la obra de este querido y admirado autor. Es por esto que a las clásicas sedes del festival le sumamos una nueva: Ciudad Oculta en Villa Lugano. Allí tendremos un programa especial de actividades shakespeareanas que se seguirá realizando hasta diciembre.

Este año el festival hace especial énfasis en la promoción de actividades educativas relacionadas con el contexto histórico en el que Shakespeare desarrollo su trabajo. Dentro de este marco el London Metropolitan Archives envió parte de la muestra histórica que se exhibe en Inglaterra y celebramos un convenio para ofrecer programas educativos a distancia creados por The Shakespeare Brithplace Trust, la Royal Shakespeare Company y la Warwick University destinados a docentes de nivel inicial y primario.

Ademas tenemos el honor de recibir la visita de Julian Bowsher, director del equipo de arqueólogos que trabajaron en las excavaciones de teatros míticos como “The Globe” y “The Rose” en Londres. 

A esto se le suman conferencias de prestigiosos académicos y el taller de actuación dirigido por Tas Emiabata, actor y profesor del Globe Theatre de Londres.

A la variada oferta teatral se le suman dos novedosas proyecciones: Romeo y Julieta de la Royal Opera House y Ricardo II de la RSC y para los amantes de las actividades al aire libre vuelven la Aldea Medieval, las bicicleteadas y las caminatas teatrales.

Por ultimo, un lujo: el talentoso Jorge Marrale nos deleitara con la lectura de El pregrino apasionado para que todos podamos disfrutar de este maravilloso texto pocas veces tratado en la escena porteña.

Espero que disfruten de esta cuarta edición del festival, que descubran talentos, aprendan mas sobre la vida y la obra de Shakespeare y hagan nuevos amigos.

Patricio Orozco.
Del 15 al 22 de febrero
-Entrada libre y gratuita-
Direccion artistica: Patricio Orozco

Acá podés consultar la programación, sedes y demás detalles del Festival. 




Tengo una hija que criar y Performance, de Rodrigo Arreyes (Poesía)


Tengo una hija que criar


mi hija con su acordeón me mira detrás de la reja

puedo ver culpa en sus ojos y arrancarle los ojos

está presa por afanar un pedazo de carne

como una perra-hija fue y robó carne con la boca

tan bruta mi hija que apoyó las manos en las brasas

pero soy un padre pobre y la visito

me cuelga ese hilito de pensamiento

que me une con su boca

el tic tac de la estalactita


Performance 


Estoy en Caseros, duermo en la trinchera, y el barullo 
De la tarde que llevo, y el piso (de madera), 
Al segundo que pasa, se emplea 

También: en un campito baldío de floripondios 
Respiro admirado, y mi nariz, brutal como una escopeta, 
Persigue al embole con fichas en los bolsillos, 
Y muerto, 
Duermo por mí y los demás, que están despiertos, 

O no sé qué desgracia; otro segundo 

Desplomada la ultraurbanidad de la escena, y tiradas 
Y meadas, las casas (de chapas, 
Cartón y témpera,) 
Minúsculas, en lugares sensibles, 

Al tercer segundo. 
No es forzar la cara por la cerradura; 
No es placer amar la prepotencia, 
Y clavarla. No es fácil 

Ponerse una trinchera y salir hasta la calle 
Y, cuarto segundo, salir parado, 
Pasarla mal, doblar el ganso. 


Un poco sobre Rodrigo Arreyes:
Nació en San Martín en 1985. Vivió muchos años en São Paulo, donde se alfabetizó, luego, estudió Letras en la UBA. Participó en la Antología Outsider I (Editorial Outsider) y en el 2012 publicó la novela corta “Manifestación de todo lo visible” por la Cooperativa Editorial Simulcoop, en la que además es editor. Trabajó como mecánico y gomero en El Palomar y actualmente se dedica a la traducción y a cuidar a su pequeña hija. Escribe en @fideosmanteca.

Mash up, mezcla uno, de Leo Kreimer (Teatro)


Por María Victoria Taborelli.

“La realidad es una proyección de tu deseo” es la frase que enmarca esta obra de Leo Kreimer  y la clave más a mano para interpretar la mezcla de música, ritmos, proyecciones, danza aérea y teatro que componen, cual piezas de un rompecabezas siempre incompleto, el espectáculo que se presenta todos los jueves, viernes y sábados en El Galpón de Guevara. No es el argumento lo que busca atraer la atención del público, que percibe todos los sucesos en el amplio galpón a pie, sino más bien los estímulos visuales y auditivos que suceden bajo un ritmo vertiginoso y logran que más que una obra para ver, Mash up sea una experiencia que vivenciar. 

Pero claro que hay algo que se cuenta - sin prólogo ni epílogo, sin personajes o por qué - la historia de un hombre cualquiera que luego de una tenaz exposición al zapping televisivo se descompone en mil partes y se transforma, junto a todo su universo, en otro. La pantalla que el hombre observa pasivamente y que se duplica en una gigante frente al público reproduce cíclicamente una escena de los dibujitos animados ya retro, los Thundercats, una reportera alarmada que cambia sin avisar de idioma y un alegre show musical. Exposición a fragmentos inconexos, imposibilidad de captar la totalidad de lo que nos rodea es la condición en la que tanto el público y el protagonista están sumergidos sin escapatoria alguna. 


Estamos ante el hombre de la multitud en un estado letárgico, acechado por un exceso de información imposible de clasificar y de incluir en un contexto significativo. Pero rápidamente llega el cachetazo que lo despierta y luego el viaje y la transformación. Sólo la logrará cuando abandone la pasividad y pueda remixar toda la información a partir de sus deseos y decisiones. Todo eso sucede con la irrupción de unos karatecas que cuelgan del techo - shock sorpresivo para todos, no es necesario preguntar sobre ellos, ingenua inquietud que obturará cualquier posible satisfacción - y despliegan una lucha coreográfica en el escenario. Entonces asistimos a la fragmentación del esqueleto del hombre, sus huesos brillantes bailan en la oscuridad para luego pasar por la procesadora de carne que lo lleva al encierro franqueable del otro lado de la pantalla. De ahora en más los límites espaciales pasan a ser difusos e imposibles de determinar, los lugares se vuelven rápidamente otros y nunca sabemos qué sucede dentro y fuera de la televisión, qué es ficción, qué es realidad, dónde empieza y dónde termina la obra. El público baila junto a los brillantes performers que bajan desde el techo y pasa a formar parte de la obra en una proyección en vivo que el hombre ya bien despierto filma desde el escenario. La mezcla se produjo y se corona con el personal show acústico en el que el hombre ahora rockstar combina canciones  míticas de Michael Jackson y Nirvana.


La vieja preocupación por la alienación cultural encuentra en la técnica del mash up - una forma de producción musical que busca yuxtaponer composiciones preexistentes para crear otra nueva - una alternativa. Si la originalidad ya es imposible, todo fue dicho, todo fue hecho alguna vez, la única opción que queda es trabajar con los materiales disponibles y recombinarlos para lograr un producto novedoso. De esta forma, se busca, a través de un camino ya excesivamente pisoteado por el pop art y las vanguardias históricas y sin sorpresas, encontrar en la repetición reinventada de lo viejo la ansiada diferencia que salvaguarde de la prisión sensorial a la que nos someten los medios de comunicación masivos. Sólo así el hombre logrará romper la pantalla para enfrentarse a ella de un modo mucho más alerta.

Funciones: Jueves 21:30 y viernes 22.30 en El Galpón de Guevara (Guevara 326)
Entrada: $100

Ficha artístico-técnica: 

Actúan: Estefania Bavassi, Matías De Padova, Ignacio De Santis, Ana Gurbanov, Rakhal  Herrero, Laura Mesigos, Tomas Middleton, Debora Zanolli
Diseño de vestuario: Alejandra Robotti
Diseño de luces: David Seldes
Video: Maxi Vecco
Música original: Daniel Bugallo, Ariel Polenta
Operación de luces: Leandro Fretes
Operación de sonido: Javier Ojcius
Operación de video: Javier Ojcius
Operación técnica: Franco Cabrera
Fotografía: Martín Ponczik
Diseño gráfico: Pepe Marquez
Asistencia de iluminación: Fernando Chacoma
Asistencia de vestuario: Jazmín Savignac
Asistente de producción: Sandra Paradiso
Asistente de Video: Ludmila Villa
Asistencia de dirección: Debora Zanolli
Prensa: Octavia Gestión Cultural y Comunicación
Producción ejecutiva: Karin Höhn
Coordinación de video: Sebastián Rosenbaum
Coordinación técnica: Javier Ojcius
Coreografía: Rakhal Herrero
Dirección de fotografía: Matías Calzolari
Dirección: Leonardo Kreimer



Agenda: Ciclo Road Movie en el MALBA




Durante Febrero, malba.cine presenta un ciclo dedicado a las road movies, o films del camino. Las road movies expresan una búsqueda, un escape, un deseo de espacio, de descubrimiento y de nuevos encuentros. Todo a través de algo que señala un rumbo y que puede ser (pero no siempre es) la carretera, el camino. Muchas veces un errante o un grupo de errantes viajan con un objetivo pero otras veces simplemente viaja, como parte de un proyecto de vida inclinado hacia la libertad, la búsqueda espiritual, o el rechazo del sistema. Por lo tanto, el recorrido suele estar lleno de connotaciones utópicas, como la idea de la “posibilidad”, así como las nociones de “dirección” y “propósito”, que promete a quienes deciden tomarlo. Sin embargo, existen también connotaciones negativas, ya que estos ideales también pueden apoderarse del viajero, esconder peligros, convertirse en un extenso desvío e inclusive descender al infierno. 

Lacónicamente, las road movies transitan en búsqueda de utopías, que muchas veces concluyen en distopías.

Ciclo 
Road Movies 
Durante todo el mes 
Idea y programación: Manuel Pose 

Podés consultar la programación completa acá.

A veces me traiciono y decir te amo, de Mariana Kruk (Poesía)

Ph: David Jackmanson/ Creative Commons


a veces me traiciono


a veces

me traiciono, sí.


cuando llueve

y no miro

para arriba.


cuando en medio

de un embotellamiento

maldigo a Buenos Aires.


las mañanas

en que me levanto

y no pongo música.


cuando dejo vino

en el culo

de una botella.


cuando minimizo

la daga con la que

me atravesaste.


cuando me quedo

quieta, dormida,

profiláctica,

y no beso,

ni me desnudo,

ni digo te quiero.


a veces

me traiciono, sí.


pero por suerte

pasa poco, muy poco,

cada vez menos.



decir te amo



se trata de no hacerse encima,

de no aniquilar ese momento

en que los sentimientos

pinchan como un muñeco vudú

en la punta de la lengua.


se trata de descubrirte una cicatriz,

de una plaza sin gente,

dos vasos de plástico,

un semáforo,

un baño mugriento,

un mosquito hijo de puta,

un sanguche de bondiola

completo en Costanera,

de tu pierna atravesándome

en la noche.


se trata de sacudirse

el tabú de la reciprocidad

y decirlo.


sin misticismo,

en un impulso,

un segundo de optimismo.


¿caliento la pizza?

¿te gusta el melón?

¿te prendo un cigarrillo?

tenés que aprenderte una de Sabina,

bajemos el toldo,

voy a arreglar el mate,

dale, te amo.

Un poco sobre Mariana Kruk 
Nació la madrugada de un martes de lluvia torrencial, en 1983. Escribe poesía desde que tiene uso de razón. Publicó hasta la última uva (Otro Contar, 2011), migas (Otro Contar, 2012), piromanía (Cartonerita Niña Bonita, 2013) y ninguna nuez (Textos Intrusos, 2013)

Coordinó el ciclo Arrancándonos la Piel durante todo el año 2013. Trabaja en Cacto Editorial y Cacto Revista. Actualmente está escribiendo el unipersonal El último poema que estará en cartelera a mediados de año, dirigido por Mauro Yakimiuk. Prepara la edición de abrileando, poemario que cierra una suerte de trilogía junto a sus dos primeros libros. 


f:  Mariana Kruk (poesía).

Los infernautas, de Gustavo Abrevaya

Imagen: Hugo Goldgel


Por Damián Lamanna Guiñazú.


 La guerra es invisible a los ojos


Como todas las voces que vienen del infierno, el Necronomicón –libro de los muertos que naciera en 1922 de la imaginación de H.P. Lovecraft- invita, a quien se lo cruce, a enfrentar la pesadilla autocumplida de develar y expandir las fronteras del mundo. Décadas después de su primera aparición y tras múltiples versiones y mitos sobre su existencia, la saga de terror clase B de Sam Raimi Noche alucinante (que se completa con Diabólico 2 y El ejercito de las tinieblas) lo retomará para consolidar un imaginario. Motosierras y poseídos que giran la cabeza. Ejércitos de demonios torpes y sanguinarios, desmembramientos, mal olor. Una parodia del miedo: no asomarse debajo de la cama porque los espectros van a estar ahí. En esta línea, Los infernautas, segunda novela publicada de Gustavo Abrevaya, hace de esos límites un camino de aprendizaje, una excusa para la guerra, el ensayo de un juego. 
Imagen: Hugo Goldgel

A lo largo de sus intensas 350 páginas, Los infernautas loopea un diálogo intertextual difícil de obviar. Desde la literatura clásica hasta Milton, Dante, Tolkien, Borges, Arlt (es muy difícil leer la palabra “turrito” sin pensar en Erdosain), Marechal, Saer, Oesterheld, la tradición del policial negro, Fontanarrosa (Boogie el aceitoso, claro), el ya nombrado Lovecraft (El color que cayó del cielo), entre otros. Incluso personajes que parecen extraídos de clásicos del cine de terror como Al borde de la locura de John Carpenter. Con ese mapa de lecturas obligadas (casi para sobrevivir), Abrevaya configura su mundo sin reglas donde los cuerpos y las almas pueden ser destruidas sin dolor en la marea de una violencia que responde a razones siempre mayores. ¿La soledad de la literatura? 

En cuanto a la trama, en un principio amaga ser sencilla: después de haber huido de un contexto marcado por persecuciones y secretos en el que parece un clima dictatorial, Bruno, un (hijo de) estanciero uruguayo culposo y arrogante, regresa a Buenos Aires después de 10 años de ausencia –cruza a pie el Río de la Plata, seco- para hallar a su hermano gemelo Axel (aparentemente involucrado en una guerra de tono setentista). Para esta empresa acudirá a Milton, un ángel caído, detective boliviano cuyos servicios sabe le serán carísimos. A partir de allí, lo que se presentaba como un recorrido simple (el regreso al pasado, al paraíso perdido como argumento repetido),  la novela, los personajes y todos sus escenarios se multiplicarán hacia planos maravillosos (en términos de género) e inciertos: lo absoluto de una guerra entre ángeles y demonios aporteñizados -donde habrá lugar para batallas narradas con la maestría y el detalle de las guerras entre humanos, elfos y orcos en El Señor de los Anillos-, el descenso al infierno, el viaje hacia el interior del hombre mismo como una obsesión necesaria para pensar la escisión entre el bien del mal. 
Imagen: Hugo Goldgel

Los infernautas hace de su mayor defecto su máxima potencialidad: intenta contarlo todo. Con obsesión paranoica y un gran trabajo con el lenguaje, Abrevaya ubica en el plano de la trascendencia universal una historia de detectives de barrio bajo cuchillero. En ese contexto ¿cuál es la real importancia de las búsquedas personales? ¿Sin importar a dónde, es posible volver? 

Existe una razón invisible –un horla incausado- que hace del mundo un caos en permanente mutación donde la naturaleza del poder es cambiar de manos. Pero el ser humano es una criatura pequeña de vista corta, limitada por la necesidad de lo inmediato, un nene con el juguete roto. Hasta los personajes celestiales e infernales de Abrevaya se contagian y humanizan, sinónimo de esa pérdida de conciencia. 

Aunque la ciudad y el mundo van a ser arrasados, la paz al final llega, porque es la apariencia que sostiene el equilibrio. Entonces sí, existe una razón invisible. Romper todo, entender la vida desde la magia, quién sabe. Hay un autor, una novela, también una obsesión por encontrarla. Una vuelta a los temas épicos como una fiebre que aún sigue pendiente.  

Hugo Goldgel

Ficha
Los infernautas de Gustavo Abrevaya; 
Editorial Autores de la Argentina, 2013
Ilustraciones de Hugo Goldgel

Se puede conseguir en 
R&R Libros. Freire 1536 y Av Elcano 
Del Sol. Libros. Superí 1413 y Av Elcano
Eterna Cadencia. Honduras 5574 y Fitz Roy
Mascaró Libros. Santa Fe 2928 y Agüero
Alamut Libros Borges 1985